Como los agujeros en un queso suizo, un túnel se oculta bajo la superficie lunar. Este descubrimiento promete abrir la puerta a estancias prolongadas en nuestro satélite.
La Luna, nuestro vecino celestial más cercano, sigue siendo uno de los grandes enigmas del espacio. A pesar de su proximidad a la Tierra, aún hay incontables preguntas sin respuesta. Recientemente, la NASA ha revelado la existencia de túneles subterráneos en la Luna, los cuales podrían ser cruciales para que los astronautas puedan pasar largas temporadas tanto en su superficie como en su interior. Esto es lo que sabemos hasta ahora.
Después de medio siglo
Durante al menos 50 años, la ciencia ha debatido la existencia de túneles en la superficie lunar. Sin saber con certeza su contenido o si son reales, se ha teorizado sobre su posible origen, composición y, sobre todo, utilidad. Ahora, un nuevo estudio publicado por Nature Astronomy ofrece información reveladora sobre el pozo lunar Mare Tranquillitatis. Explorando por el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, este agujero en la superficie lunar ha resultado ser un túnel de lava.
"Gracias al análisis de la información, pudimos crear un modelo del conducto," explica Leonardo Carrer, investigador de la Universidad de Trento en Italia. "La explicación más viable es que se trate de un tubo de lava vacío."
Un entorno inhóspito
A unos 400 kilómetros del sitio de aterrizaje del Apolo, el Mare Tranquillitatis se destaca como una región lunar clave para la exploración de refugios cavernosos. Según el investigador Bruzzone, aunque hay indicios científicos de fosas o cuevas en los polos lunares, la mayoría de las pruebas se han encontrado en los mares lunares y en áreas con historia de actividad volcánica. Aunque no se conoce el número exacto de estas estructuras, se estima que la Luna podría albergar cientos de cuevas y miles de tubos de lava distribuidos por su superficie.
Los hallazgos del estudio proporcionan información crucial sobre la geología lunar y su relevancia potencial para futuras misiones tripuladas a la Luna. La superficie lunar presenta un entorno extremadamente inhóspito para la vida humana, con temperaturas que oscilan entre los 127°C en la cara iluminada y los -173°C en la cara oculta, además de la intensa radiación cósmica y solar, y la constante amenaza de impactos de meteoritos.
"Es importante destacar que abordar los desafíos para construir una base lunar en la superficie requeriría soluciones de ingeniería muy complejas, potencialmente menos efectivas que las que ofrece naturalmente el entorno de las cuevas. La creación de un hábitat lunar dentro de una cueva ofrece ventajas significativas en comparación con la construcción en la superficie, incluyendo la protección contra la radiación cósmica y solar, estabilidad térmica (dado que las cuevas mantienen temperaturas estables frente a las variaciones extremas en la superficie), defensa contra micrometeoritos y acceso potencial a recursos como hielo de agua y minerales", explica Leonardo Carrer, profesor de la Universidad de Trento y coautor del estudio.
¿Posible base lunar?
El pozo ubicado en Mare Tranquillitatis es uno de los más profundos conocidos en la Luna. Esta estructura es lo suficientemente grande como para permitir la detección de características internas con la alta resolución proporcionada por el radar del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO).
Aunque las simulaciones indican que las dimensiones de la cueva no serían suficientes para albergar una ciudad, los investigadores consideran que es lo bastante amplia como para servir de base lunar. Existen numerosas ventajas significativas para la construcción de una base lunar en una cueva como la recién descubierta.
Según los investigadores, una cueva proporciona mejor protección contra los rayos cósmicos y la radiación solar, peligrosos para los humanos y constantemente presentes en la superficie lunar. Además, ofrece estabilidad térmica con temperaturas más consistentes, así como protección natural contra micrometeoritos gracias a las rocas que forman la cueva.