China continúa dando pequeños pasos para tratar de conquistar el espacio.

Una nave espacial experimental fue lanzada el viernes 4 de septiembre por China y regresó con éxito a un lugar designado el domingo para el aterrizaje, logrando pasar dos días en órbita; este lanzamiento es un avance para enviar a seres humanos al espacio a bordo de vehículos reutilizables.

La misteriosa nave espacial fue puesta en órbita desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Jiuquan, en el noroeste de China, a bordo de un cohete Larga Marcha-2F, una familia de cohetes encargada de enviar al espacio misiones chinas tripuladas y no tripuladas a lo largo de los años.

El desarrollo de una nave reutilizable ayudaría a reducir los costos de las misiones espaciales y aumentar la frecuencia con la que se efectúen los lanzamientos. El fin de las misiones podría ser variado desde llevar experimentos e instrumentos al espacio a llevar a órbita turistas espaciales.

La misión ha sido mantenida en secreto por el Ejército chino, por lo que los medios estatales aún no han publicado fotografías o vídeos ni del lanzamiento ni del aterrizaje de la nave espacial.

Hace tres años, China dijo que lanzaría una nave espacial en 2020 que puede volar como un avión y sería reutilizable, aumentando la frecuencia de los lanzamientos y reduciendo los costes de este tipo de misiones.


Por el momento, se desconoce si el vehículo experimental es una nave de ala fija como los transbordadores espaciales de EE. UU.

En los últimos años, China ha conseguido ser el primer país en aterrizar con una sonda en la cara oculta de la Luna en enero de 2019. Y tan solo este verano completó la red de satélites de su sistema de geoposicionamiento Beidou (BDS, la alternativa china al GPS estadounidense) y lanzó su primera misión -no tripulada- a Marte, que, según la agencia estatal del país, prosigue su camino al planeta rojo sin contratiempos.