El inglés Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez han sido reconocidos con el premio Nobel de Física 2020, según ha anunciado la Real Academia de Ciencias Sueca, por su trabajo sobre “los secretos más oscuros del universo”, los agujeros negros.

 

 

Penrose ha recibido el galardón “por el descubrimiento de que la formación de un agujero negro es una sólida predicción de la teoría general de la relatividad”. El profesor de la Universidad de Oxford utilizó métodos matemáticos para comprobar la existencia de los agujeros negros y demostró "que la teoría conduce a la formación de agujeros negros, esos monstruos en tiempo y espacio que capturan todo lo que se introduce en ellos", de acuerdo con lo expuesto por la Academia.

 

                                                        

 

Genzel y Ghez comparten el premio por “el descubrimiento del objeto compacto supermasivo del centro de nuestra galaxia”. Genzel dirigió el departamento de Física Extraterrestre del Instituto Max Planck y actualmente es profesor en la Universidad de California. Ghez es catedrática de Astronomía de la Universidad de California y es la cuarta mujer en la historia en ganar el premio.

 

 

Genzel y Ghez compartieron sus investigaciones realizadas desde el observatorio de Hawaii, en donde lograron descubrir que en el centro de la Vía Láctea hay un agujero negro con una masa cuatro millones más grande que la del sol. Esto llevó a la conclusión de que existe un agujero negro en el centro de cada galaxia.

Pero si esos objetos existen, ¿cómo encontrarlos? John Michell inspirado por el descubrimiento de un nuevo y violento fenómeno en el universo y en necesidad de una explicación tuvo una idea: si hay otros objetos luminosos, como pueden ser las estrellas, moviéndose alrededor del agujero negro entonces uno puede inferir la existencia del agujero negro al seguir los movimientos de las estrellas.

Reinhard Genzel, director del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania y profesor en la Universidad de California (EE.UU), Andrea Ghez, profesora en la Universidad de California Los Ángeles (EE.UU.), y sus equipos hicieron esa idea realidad.

 

 

Llevaron a cabo observaciones precisas del centro de la galaxia a lo largo de muchos años y observaron varias estrellas moviéndose alrededor de algo que no podían ver. Los cálculos mostraron que cuatro millones de masas solares se escondían ahí. No había otra posible explicación que no fuera la de un agujero negro supermasivo.

Andrea Ghez se ha convertido en la cuarta mujer laureada con el Nobel de Física, la categoría con menos representación femenina, en la historia de los premios. Las demás afortunadas son Marie Curie (quien repitió con el Nobel de Química), Maria Goeppert y Donna Strickland.