Un error en la planeación pone en riesgo el regreso a la Luna
La misión lunar de la NASA, Artemis, ha sido retrasada a 2025 debido a las dificultades en la producción de trajes lunares para los astronautas. La agencia espacial esperaba regresar a la Luna a fines de 2024, pero una serie de problemas han hecho que ese cronograma sea inviable, según un informe de la Oficina del Inspector General.
Ahora sabemos que los trajes "no estarán listos para el vuelo hasta abril de 2025 como muy pronto" y el objetivo de la NASA es tener dos trajes espaciales listos para noviembre de 2024, también dijo que la pandemia de COVID-19 y la financiación habían contribuido al retraso de la misión. Pero ante estos problemas Elon Musk respondía que "SpaceX podría hacerlo si se necesita", y parece plantear una alternativa para mantener la fecha prevista para esta misión espacial.
El informe de la NASA compartido por Michael Sheetz, periodista de CNBC destaca cómo los trajes espaciales para la futura misión a la Luna están suponiendo una inversión de tiempo y dinero colosal: más de 1.000 millones de dólares y 14 años en desarrollo que se alargarán aún más, porque esos trajes espaciales llegarán dos años tarde frente a la fecha prevista.
El inspector general de la NASA indicaba en ese informe cómo el desarrollo de esos trajes de próxima generación no llegarán a tiempo impidiendo que la misión a la Luna se retrase de 2024 a abril de 2025 como mínimo.
Elon Musk contestó que, si la NASA necesita ayuda para el desarrollo de esos trajes, SpaceX podría prestársela. SpaceX ya ha desarrollado trajes para los astronautas que viajan en la Crew Dragon a la Estación Espacial Internacional, pero los trajes necesarios para la misión a la Luna son más complejos.
Los trajes que usan los astronautas que están a bordo de la ISS "se diseñaron hace 45 años para el Space Shuttle", y aunque ha habido ciertas mejoras en esos trajes a lo largo de los años, la NASA comenzó a trabajar en tres nuevos programas de desarrollo de trajes espaciales en 2007.
De momento se han invertido 420,1 millones de dólares en esos desarrollos, y se espera invertir aproximadamente 625,2 millones de dólares más que harán que "el coste total sea superior a 1.000 millones de dólares" para 2025.
Aunque la NASA tenía previsto mantener 2024 como objetivo para volver a poner un hombre en la Luna, el problema con los trajes espaciales se ha sumado a otros obstáculos provocados por la pandemia del COVID-19. Musk de hecho comentó que uno de los problemas con los trajes es que "hay demasiados cocineros en la cocina", en referencia a cómo el traje necesita componentes de 27 empresas distintas.
Musk ya indicó en abril de 2021 que la fecha de 2024 para el viaje a la Luna es factible, sobre todo después de lograr ser parte del programa Artemis como encargado de llevar los astronautas a la superficie lunar. Sin embargo, la relación laboral entre la NASA y SpaceX podría ser más grande y en un futuro podríamos ver a Elon Musk producir los xEMU y despegar en la fecha estipulada.
Conoce al equipo de Artemis I
En busca de vida en titán
Entre las muchas lunas de nuestro Sistema Solar, hay una que destaca: Titán, satélite del gigante anillado Saturno. Su superficie soporta una atmósfera con una presión una vez y media la de la Tierra, y tiene una suerte de 'sistema meteorológico' parecido al nuestro, si bien en vez de llover agua, cae metano líquido. Muchos científicos se preguntan si, por sus peculiares particularidades, la vida se ha podido abrir camino de algún modo. Y a esa pregunta intentará responder la misión Dragonfly, de la NASA, que visitará la luna de Saturno en la próxima década.
La NASA acaba de hacer públicos los objetivos científicos de la misión en la revista ' The Planetary Science Journal'. Sus metas incluyen la búsqueda de biofirmas químicas; investigar el ciclo activo del metano de la luna; y explorar la química prebiótica que tiene lugar actualmente en la atmósfera de Titán y en su superficie. La idea es enviar un módulo de aterrizaje a la superficie del satélite, siendo la primera misión en llevar tecnología sobre su suelo para identificar su composición.
«Titán representa la utopía de un explorador», afirma Alex Hayes, profesor asociado de astronomía en la Facultad de Artes y Ciencias y co-investigador de Dragonfly. «Las preguntas científicas que tenemos para Titán son muy amplias porque todavía no sabemos mucho sobre lo que realmente está sucediendo en la superficie. Por cada pregunta que respondimos durante la exploración de la misión Cassini, obtuvimos 10 nuevos interrogantes».
Cassini estuvo más de una década orbitando a Saturno, y también echó un vistazo a Titán. Sin embargo, su espesa atmósfera hizo imposible que identificara los materiales de su superficie. Lo que sí pudo hacer es penetrar en la atmósfera e identificar estructuras morfológicas similares a la Tierra, incluidas dunas, lagos y montañas. «De hecho, en el momento en que se lanzó Cassini, ni siquiera sabíamos si la superficie de Titán era un océano líquido global de metano y etano, o una superficie sólida de hielo de agua y compuestos orgánicos sólidos», afirma Hayes, también director del Centro Cornell de Astrofísica y Ciencias Planetarias.
La sonda Huygens, aterrizó en Titán en 2005 y fue diseñada para flotar en un mar de metano o aterrizar en una superficie dura. Sus experimentos científicos fueron predominantemente atmosféricos, porque no estaban seguros de sí sobreviviría al aterrizaje. Dragonfly será la primera misión en explorar la superficie de Titán e identificar la composición detallada de su superficie rica en orgánicos. «Lo emocionante es que hemos hecho predicciones sobre lo que está sucediendo a escala local en la superficie y cómo funciona Titán como sistema -dice Hayes-, y las imágenes y medidas de Dragonfly nos dirán si estamos equivocados o no».
Dragonfly pasará un día completo en Titán (equivalente a 16 días terrestres) en un lugar realizando experimentos científicos y observaciones, y luego volará a una nueva zona con base a sus descubrimientos.
La baja gravedad de Titá y su atmósfera espesa y relativamente tranquila, con vientos más ligeros que en nuestro planeta, lo convierten en un lugar ideal para un vehículo aéreo. Y aunque el equipo científico no espera lluvia durante los vuelos de Dragonfly, Hayes señaló que nadie conoce realmente los patrones climáticos a escala local en esa luna.
Vida en Marte el nuevo hallazgo del rover Curiosity
Según la NASA, hace miles de millones de años, Marte albergaba sistemas de lagos que pudieron haber sostenido vida.
El Rover Curiosity de la NASA, se encuentra en el cráter de Marte llamado Gale, en donde los científicos hallaron nuevas evidencias de posibles signos de vida antigua en el Planeta Rojo. Utilizando el instrumento integrado en el robot, CheMin, que analiza los minerales presentes en las rocas y el suelo, se llegó a la conclusión de que el agua súper salada destruyó dichos probables signos de vida.
Gracias a la herramienta CheMin, los investigadores registraron posibles signos de vida pasada; publicaron sus resultados en la revista científica Science. “Solíamos pensar que una vez que las capas de minerales arcillosos se formaron en el fondo del lago en el cráter Gale, se quedaban así, preservando durante miles de millones de años, el momento en el que se formaron “, dijo Tom Bristow, investigador principal y autor del artículo de CheMin en el Ames Research Center de la NASA en Silicon Valley, California. “Pero las salmueras posteriores descompusieron estos minerales arcillosos en algunos lugares, lo que restableció el registro en las rocas”, explica el investigador.
Marte cuenta con un tesoro de rocas y minerales mucho más antiguos que los de la Tierra, y gracias a conocimientos previos, acudieron al cráter Gale, donde esperan encontrar la mayor cantidad de signos de posible vida. Y es que a través de estos minerales, se puede saber cómo era el medio ambiente en algún momento. “Dado que los minerales que encontramos en Marte también se forman en algunos lugares de la Tierra, podemos usar lo que sabemos sobre cómo se forman en la Tierra para decirnos lo saladas o ácidas que eran las aguas en el antiguo Marte”, dijo Liz Rampe, investigadora principal de CheMin y coautora en el Johnson Space Center de la NASA en Houston. Gracias a esto, descubrieron que después de secarse los lagos en la superficie, el agua continuó corriendo de forma subterránea, transportando sustancias químicas. Esto, según explican, daría pie a afirmar una gran posibilidad de que hubiera, al menos, vida microbiana en estos ecosistemas, conocidos como biosferas profundas y de las que hya en la Tierra.
Sin embargo, formaciones de agua salina posteriores, probablemente en tiempos de climas más extremosos, lograron filtrarse y comenzaron a borrar registros en las formaciones, piensan los investigadores. “Hemos aprendido algo muy importante: hay algunas partes del registro en las rocas marcianas que no son tan buenas para preservar muestras de posible vida pasada del planeta”, dijo Ashwin Vasavada, científico del proyecto Curiosity y coautor en el JPL de la NASA. “Lo bueno es que encontramos a ambos muy juntos en el cráter Gale, y podemos usar la mineralogía para saber cuál es cuál”, concluyó.
Apolo 11, el primer alunizaje
Este miércoles se cumplen 53 años de la llegada del hombre a la Luna. Este evento marcó un antes y un después en la exploración de otro cuerpo celeste; la tripulación estuvo conformada por Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins,los 3 se embarcaron a este viaje sin saber si volverían a pisar la Tierra.
Armstrong y Aldrin fueron los primeros humanos en dejar huellas en la Luna tras aterrizar con éxito en el Mare Tranquillitatis (Mar de la Tranquilidad), situado en la cara visible de nuestro satélite. Ambos permanecieron en un radio de 100 metros del módulo lunar Eagle, y pasaron aproximadamente dos horas y media fuera, tomando muestras del suelo y rocas, así como preparando experimentos científicos, mientras Collins orbitaba a bordo del módulo de mando Columbia.
Revolución en la exploración lunar
En aquel momento, apenas sabíamos acerca de la historia y la composición de nuestro satélite natural, la Luna. Y por primera vez en la historia, los científicos pudieron analizar muestras provenientes del espacio. Esto les permitió determinar la edad, la composición y muchas otras propiedades de la Luna, así como profundizar en el conocimiento del sistema solar. Las muestras pesaron un total de 21,7 kg y proporcionaron a los científicos una gran cantidad de información muy valiosa que ha sido usada hasta la fecha.
Estas son algunas de las cosas que aprendimos después de la misión:
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Los mares lunares (las zonas oscuras que se ven al observar la luna) son antiguos flujos de lava volcánica.
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Poco después de formarse, la luna estaba fundida casi por completo, cubierta por una capa de roca líquida. A partir de este descubrimiento, la noción de un “océano de magma” se ha aplicado también a otros los planetas rocosos.
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Las muestras volcánicas tomadas por el Apolo 11 son muy antiguas: tienen unos 3600 millones de años, por lo que estas muestras nos abren una ventana al conocimiento de las primeras épocas de la Luna.
Experimentos en la superficie lunar
Los astronautas del Apolo 11 desplegaron una pequeña serie de experimentos durante su estancia en la superficie lunar. El paquete de experimentos científicos del Apolo (EASEP) consistió en tres partes, además de dos paneles solares para generar electricidad, tenía una antena y un sistema de comunicaciones que servía tanto para enviar datos a las estaciones terrestres como para recibir órdenes, el EASEP llevaba estos componentes:
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Paquete de experimentos de sísmica pasiva: servía para detectar terremotos lunares “lunamotos” y demostró que era posible estudiar la luna desde el punto de vista sísmico.
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Detector de polvo lunar: medía la acumulación de polvo y el daño que la radiación producía en las células solares. La acumulación natural de polvo en los paquetes de experimentos resultó ser mucho más baja de lo esperado.
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Retrorreflector de medición láser lunar: este instrumento tiene espejos en forma de cubo que reflejan pulsos láser directamente de vuelta a la Tierra. El tiempo que tarda la luz en ir y volver desde la Tierra a la Luna se usa para medir la distancia a nuestro satélite con una alta precisión y ayuda a calibrar la escala del sistema solar. Este experimento se sigue utilizando actualmente.
El Apolo 11 marcó un hito en la exploración de la Luna y la colonización espacial.
¡Pioneras en el espacio!
Estamos celebrando la semana del espacio y el tema de este año es “Mujeres en el espacio” por eso te contamos un poco de las pioneras que han hecho historia en la Tierra y en las alturas.
Katherine Johnson y los cálculos de la carrera espacial
Estas grandes figuras ya han hecho historia por conquistar el espacio, en todos los sentidos. El programa Apollo, también tiene una importante huella femenina. Margaret Hamilton tenía 33 años cuando el sistema de protección de reinicio que había diseñado permitió a Armstrong culminar el alunizaje de manera segura.
Devolverlo a casa sano y salvo era la misión del programa Lunar Orbit Rendezvous, que requería un cálculo minucioso. En este caso, Katherine Johnson, ya había sido también responsable de calcular otra misión, que en 1961 había llevado al primer estadounidense al espacio en la misión Freedom 7. Esta matemática nacida en Virginia, Estados Unidos, se incorporó a la NASA en 1953.
Valentina Tereshkova: la primera mujer astronauta
Valentina Vladimirovna Tereshkova (1937) fue la primera mujer en pisar el espacio y no era americana, pues parte de la Guerra Fría se jugaba en el espacio y la mujer era entonces un poderoso símbolo para ganar la partida.
Según El New York Times, el director de formación del programa de cosmonautas soviéticos escribió en su diario en 1961: “No podemos permitir que la primera mujer en el espacio sea estadounidense”. Esta férrea convicción llevó al espacio a una joven Valentina, que tenía experiencia como paracaidista y además estaba vinculada al Partido Comunista. En 1963 se convertiría en la primera mujer en el espacio, a bordo de la nave Vostok-6 y a la edad de 26 años. Tras una misión que duró 3 días, saltó en paracaídas desde más de 6.000 metros de altura y aterrizó en Karaganda (Kazajistán).
La primera caminata espacial femenina:
El tiempo ha pasado y las mujeres siguen forjando su camino en el espacio, tan solo hace dos años fuimos testigos de la primera caminata espacial exclusivamente femenina, con Christina Koch y Jessica Meir, de la NASA, cuando salieron a reemplazar una unidad de control de energía.
El primer paseo espacial íntegramente femenino debería haberse completado en marzo de 2019, pero un problema logístico retrasó el momento: no había dos trajes de talla mediana, por lo que solo una de las astronautas pudo participar.
Ahora la Nasa ha anunciado su intención de llevar a la primera mujer a la Luna en 2024 a través del proyecto Artemis (nombrado en honor a la hermana gemela de Apolo) y además está trabajando en un nuevo traje o unidad de movilidad extravehicular de Exploración (xEMU por sus siglas en inglés) para adaptarse de forma óptima a cada cuerpo, entendiendo así que el tallaje no será un obstáculo en esta futura misión para la inclusión de la mujer.
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